No me vengan con cuentos (Opinión)
Es increíble como mis colegas de los medios
privados juegan al análisis ultra-liviano de la situación política y de nuestra
Revolución. Juran en páginas a full texto en diarios que pasaron de ser
referencia “nacional” a pasquines de propaganda neo-nazi que la crítica, la
autocrítica y hasta lo que para algunos es la traición de quienes nos han
representado pueden poden fin a un proceso social encarnado en millones de
personas.
Lamentablemente para los medios privados,
abiertamente opositores, los asuntos internos de un partido se convierten en el
único tema de conversación y además en la nueva bandera de una oposición que ha
visto desgastadas sus escuálidas fuerzas, mientras los miembros de sus grupos
de choque (guarimberos) están disfrutando de la benevolencia de la “dictadura
chavista”, gastándose los dólares de la República y se toman fotos con banderas
pintadas con su S.O.S en los estadios brasileños preparados para el Mundial.
Hoy quiero aprovechar esta humilde pero valiosa
trinchera para reiterar que los primeros en señalar siempre las fallas de
nuestro proceso somos quienes entendemos la Revolución como forma de vida;
somos nosotros los primeros en querer ver a los corruptos tras las rejas, a los
ineficientes, infiltrados y saboteadores fuera del proceso pero no por eso
seremos desleales.
No quiero ni señalar ni defender a nadie, cada
quien sabe lo que hizo y dejó de hacer y cada quien sabe como le pagará el
pueblo su accionar, su silencio o su complicidad; lo que deseo dejar en claro
es que aquí- a pesar de las fallas- hay un proyecto, un liderazgo y un pueblo
claro, algo que los amigos de la oposición perdieron por allá en el enero de
1958, esa es la diferencia.
T/ Jordán Rodríguez
Correo del orinoco
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